Esta tecnología consiste en un fertilizante que se obtiene realizando una maceración de guano de caballos, ovejas y cabras, que posteriormente es aplicado a la tierra de los cultivos.
NOMBRE TECNOLOGÍA | Fertilizante en base a guano |
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Realizadores | Cecilia Navarrete |
Comunas | El Carmen |
Zona | Sur |
Territorio | Cordillera |
Descripción de tecnología: artefacto o proceso | |
En qué consiste | Producción de fertilizante natural |
Problema que busca resolver | Abono de hortalizas |
Materiales | Guano de caballo, ovejas y cabras, saco de papas |
Aspectos técnicos | Con el guano de oveja, caballo y cabra se hace una extracción por maceración, que luego se aplica a la tierra. |
Costos y dificultad | Costos muy bajos, se ocupan residuos animales o domésticos. |
San Vicente Bajo es un sector de la comuna de El Carmen ubicada a orillas del río Diguillín, en la Región de Ñuble. Históricamente, ha basado su economía local en el desarrollo de la agricultura tradicional, la mayoría de ella llevada a cabo por productores de pequeña y mediana escala. Durante los últimos años, producto de la caída en la actividad agropecuaria, y con el apoyo de la Municipalidad y el Gobierno Regional, El Carmen ha transaccionado hacia un fuerte crecimiento de la industria turística, esfuerzos que se han reflejado en la creación de campings y sitios de descanso en el sector oriente de la comuna aprovechando las bondades de la rivera.
Cecilia Navarrete llegó desde Santiago hace menos de diez años, buscando un estilo de vida tranquilo, en el sector en el que vacacionaba cuando era pequeña. Producto de una enfermedad que le impide salir a trabajar con regularidad a la cosecha de frutas -actividad predominante en el sector-, se ha centrado en la cosecha de sus dos invernaderos. Esta actividad la realiza con mucha dificultad, no solo por las implicancias físicas que tiene trabajar la tierra, sino también porque el sector se encuentra con una fuerte sequía, aunque paradójicamente están muy cerca del río. Esto se debe a que los derechos de agua del lugar se han concentrado en muy pocas personas, y los pozos que abastecían anteriormente su consumo personal y para cultivo se han secado con mucha rapidez.
En este contexto, Cecilia notó que si aplicaba fertilizante a sus hortalizas estas crecían más fuertes, y resistían de mejor manera el riego intermitente que tiene que realizar para que el agua disponible dure un poco más. Para esto, decidió utilizar dos tipos de materias orgánicas que tenía disponibles. El primero, un fertilizante de cáscaras de huevo y plátano, lo pueden encontrar en otra ficha del catálogo. El segundo, que describiremos aquí, es un fertilizante en base a guano de oveja, caballo y cabra. Para realizarlo, macera 5 palas de guano en un saco de 25 kilos, que cierra y sumerge en agua durante 5 días. Posteriormente, los restos sólidos de guano los deposita en el compost, mientras que el líquido lo aplica a sus cultivos con un pulverizador. Al ser un fertilizante, es aplicado principalmente en la época de comienzo de sus cultivos. Rocía el líquido en la tierra apenas ha plantado sus productos, por tres días a la semana durante las primeras dos semanas. Tras 3 o 4 meses, cuando ya ha sacado la producción y vuelve a plantar nuevos productos, repite el proceso.
Este tipo de tecnologías puede inspirar a personas que busquen transformar sus desechos orgánicos en fertilizantes de bajo costo, fáciles de realizar y de aplicar.
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